Me encanta la definición de indicador que hizo Bauer hace casi medio siglo. Una definición, concisa y elegante, que recoge los principales elementos que considero que debe tener un buen indicador:
“Entendemos como indicador cualquier valor que nos facilita el estudio de donde estamos y hacia donde nos dirigimos en relación a un determinado objetivo. Así como evaluar programas específicos y determinar su impacto” (Bauer, 1966).
- Valor -> Debe ser una magnitud
cuantitativa, objetiva. Con el nivel de precisión
adecuado para la dimensión analizada (valor entero para el número de visitas, un decimal para la temperatura, 4 decimales para la cotización en bolsa,…).
- Facilita el estudio -> Debe permitir la evaluación de la situación y la toma de decisiones. Para ello, es imprescindible disponer de un sistema que incluya elementos de referencia para estudiar el comportamiento del indicador (tiempo, categorías, productos, entorno,…)
- Donde estamos y hacia donde nos dirigimos -> Debe permitir la comparación de dicho valor durante el periodo de tiempo suficiente como para estudiar su evolución.
- En relación a un determinado objetivo -> Todo indicador debe estar vinculado con un plan de acción de la compañía que establezca qué medidas adoptar en función de la evolución de dicho indicador.
- Evaluar programas específicos y determinar su impacto -> Desarrollar investigaciones aplicadas.
No obstante, la definición de Bauer puede quedarse corta en algunos casos. Por dicho motivo, podríamos completarla con algunas características del acrónimo S.M.A.R.T. (inteligente, en inglés):
- eSpecífico. Dirigidos a un objetivo concreto. Con una definición explícita, compartida y conocida por todos los miembros de la organización.
- Medible. Cuantificable. Con el nivel de precisión requerido.
- Accionable. Relacionado con un plan de acción.
- Relevante. Con resultados que permitan la toma de decisiones con la consulta del mínimo suficiente de indicadores. Minimizando el nivel de infoxicación.
- a Tiempo. En el momento adecuado. De nada nos sirve disponer de un indicador cuando ya no es necesario.
Además de las características descritas, también podríamos completar las descripción con dos características adiciones:
- Actualizable. Con un histórico de mediciones que permitan estudiar su evolución.
- Revisable. Con una verificación exhaustiva de su definición y su capacidad de análisis.
Un amplio abanico de características que nos permitirán conocer, a modo de ejemplo:
- ¿Cuál es y cómo evoluciona la temperatura del motor de nuestro coche?
- ¿Cuáles son los valores de referencia?
- ¿Qué debemos hacer cuando la temperatura se salga del rango de seguridad?
- ¿Qué otros indicadores pueden incidir en la temperatura (velocidad, nivel líquido de refrigeración, temperatura externa,…)?
- Y, sobretodo, ¿cuál és el mínimo suficiente de indicadores que necesito para viajar con seguridad?
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